La semana pasada me llamó Luis, un excompañero que estuvo trabajando en la base de Piedralaves hace dos años como técnico de base. Luis y yo compartimos la afición por los deportes de montaña, de hecho el se dedica a ello de forma profesional. Nunca habiamos salido juntos a realizar ninguna actividad, asi que ya que se encontraba de vacaciones en Avila me llamó para hacer un barranco por Gredos.
El dia que elegimos para ello no fue precisamente el mejor, porque entraba un frente frio con temperaturas muy bajas en toda la peninsula, pero tampoco había muchos para elegir y allá que nos fuimos.
A la "expedición" se unió Claudia, también excompañera de la base y gran aficionada a patear por el campo y la montaña.
El barranco elegido fué el Chorro de la Ventera, que con una cascada de 55 metros y la reunión colgada no deja indeferente a nadie. Es un barranco que se encuentra sin reseñar, pues para acceder a él hay que cruzar por una propiedad privada, asi que no daré datos de acceso.
Primer rapel desde arriba
Encadenado con el de 55
Luis y Clau
Cascada de 55
Luis rapelando
A punto de ser tragado por la cascada
Completamente engullido
Clau justo antes de darse una ducha de agua fría en el spa
El chorro desde abajo
Desde el mismo sitio en el mes de julio
Aunque el dia en las fotos reluce maravilloso y soleado, lo cierto es que hace un frío del demonio y el viento es helador. Los pies de Claudia ya no aguantan mas, ni con masajes ni con té caliente, por lo que decidimos salirnos ahora, antes de meternos en la parte encajada y sombría del descenso.
Intentando hacer entrar en calor los maltrechos piés de Clau
El equipo completo
Aún sin terminar el descenso, no estuvo del todo mal el dia, por lo menos hicimos el plato fuerte del barranco, la cascada de 55. Lo único que siento es que Claudia no pudiera disfrutar del dia y del descenso como se hubiese merecido. Pero no te preocupes Clau que lo repetiremos, hay mas días que sandías. Eso si, a poder ser con 40º.
Hoy es el último dia de nuestro viaje pirenaico. Pero antes de emprender el retorno vamos a descender un par de barranquitos para irnos fresquitos y contentos. Tras recoger bártulos nos dirigimos hacia Orós Bajo, cerca de Biescas, para descender el barranco D'os Lucas. Es un barranco corto y fácil, con una aproximación de 20 minutos y un descenso de una hora. Está excavado en flysch por lo que tiene unas formaciones muy bonitas y pozas color turquesa.
Consta de un primer rapel, que puede saltarse desde 10 metros, un tobogán o salto de 8 y dos rápeles encadenados de 30 y 16 con una badina intermedia.
Iniciamos la aproximación por el margen izquierdo por un sendero marcado con un cartel que indica Las Planas. El sendero nos deja en una pista por la que subimos hasta coger un atajo en una curva que nos vuelve a dejar en la misma pista. Un poco mas adelante junto a unos carteles verdes sale la trocha descendente que nos deja en la presa donde iniciamos el descenso.
Cabecera del primer rapel. Bonito rincón con curiosas formaciones en flysh
Jeta rapelando en el primero. Es posible el salto con precaución
Recogiendo
Tobogán desde arriba...
...y desde abajo
Las pozas son de color turquesa
Pliegues de lo que en otro tiempo fue fondo marino
Rapel de 30
Quequi duchándose en el de 30
Último rapel del D'os Lucas
Rápeles encadenados, 30 y 16 metros
Después del último rapel continuamos rio abajo hasta encontrar un sendero por el margen derecho que en menos de diez minutos nos deja en el coche.
Sin quitarnos el neopreno nos dirigimos a Piedrafita de Jaca para descender el Gorgol. Dirección Sallent cogemos el segundo desvío a Piedrafita. Subimos por una carretera en zigzag hasta, en una recta, encontrar una pista a la derecha que en dirección contraria a la que traemos nos lleva hasta el puente donde acaba el descenso. La aproximación la hacemos por un camino a la derecha antes del puente que asciende por el hayedo y que en 15 o 20 minutos nos deja en la cabecera.
El Gorgol es un barranco muy corto pero muy estético por el color que adquieren sus paredes cuando el sol penetra. Solo dos rapeles defienden el cañón, ambos saltables. El primero desde un pasamanos, montado con una cadena, de 7 metros y el segundo de 15 o de 18, según desde donde se haga. En este último el salto es mas delicado y técnico, además de por la altura, por lo estruendoso de la cascada.
Entrando al cañón
Algunos toboganes
Paredes de media altura con diferentes tonos que contrastan
con el color del agua
La luz va cambiando los colores de la roca
Primer rapel-salto
Saltando en el de 7
Ya vemos el final del cañón
Quequi descendiendo al agujero
Último rapel muy estético y volado
Tras este último rapel, un tobogán y llegamos al puente donde salimos del barranco.
Ahora si que llega a su fin el viaje a pirineos. Aún así nos vamos contentos porque ha hecho un tiempo inmejorable y hemos podido hacer todo lo que llevabamos en cartera. Un tresmil y cinco barrancos en cinco dias de actividad, ¿que mas podemos pedir?. Esperamos poder volver pronto por aquí, hasta entonces seguiremos en Gredos, que aunque en un espacio mas reducido nos ofrece casi todo lo que le demandamos.
El Miercoles toca Aguaré en Canfranc. Dejamos el coche en un aparcamiento que hay en la carretera en el lado izquierdo dirección Francia, al lado de la parada del autobús. Ya con todo en la mochila subimos por una senda que sale junto al parking con la indicación de refugio Gabardito. La senda pasa junto a unos antiguos viveros forestales y cruza el barranco Los Meses, también descendible, mas corto y con menos caudal que el nuestro. La senda acaba en una pista que desde Villanua asciende hasta las praderas de Gabardito arropada por el denso bosque donde subsisten abetos y serbales de gran porte.
Justo antes de las praderas sale una senda descendente con un cartel que indica Barranco Aguaré y Canfranc por las clavijas. Esta senda no la debemos coger si queremos hacer el Aguaré integral. Nosotros lo hicimos y nos dimos cuenta del error antes de llegar al rio, por lo que tuvimos que volver a subir. Para entrar al barranco hay que pasar el refugio Gabardito y buscar la mejor forma de entrar al rio, que en esta zona se encuentra muy vestido de vegetación.
Se trata de un barranco largo, con cuatro horas de descenso yendo ligeros. Consta de veintidos rápeles, por lo que conviene llevar dos cuerdas para irse alternando en el montaje de los mismos. La parte superior tiene menos interés que la inferior, ya que sólo cuenta con una zona excavada, el resto es abierto. La parte inferior está, practicamente en su totalidad, bien excavada en caliza sin casi tiempos muertos y con diques artificiales que no desmerecen en absoluto el barranco.
Primer rapel y el mas largo, 25 metros.
Primera zona excavada
Jeti montando
Quequi esperando
Comenzando el rapel
Jeta posando en la reunión
Bonito rapel
Montando
Otro que posa
Rapelando en los muros de Mordor
Concentrado
Otro dique
Badina cristalina
J
Dique horadado por las crecidas
Jeti vuelve a posar con su lado bueno
El descenso termina justo antes de que el rio cruce la carretera. No es un barranco que merezca la pena hacer integral, ya que la parte superior se hace un poco pesada. Yo recomendaría dejar el coche junto a la gasolinera de Canfranc y hacer la aproximación por una senda que asciende por la izquierda orográfica hasta el primer dique, que es donde empieza lo realmente interesante. También un caudal un poco mas alegre mejoraría el descenso.
El martes después de descansar en nuestra pequeña casa de madera de la pateada del Balaitús, volvemos a la acción. Ahora toca ponerse a remojo en los ríos pirenaicos. Los barrancos elegidos para hoy se encuentran en el valle de Hecho, asi que hacia alla nos dirigimos.
El primero que haremos será el Estribiella, en el paraje natural de la Selva de Oza. Aparcamos en una pradera junto a una borda (edificación empleada para guardar ganado) antes de cruzar el rio Aragón Subordán. Con los achiperres a cuestas subimos por una senda bastante empinada donde un cartel indica estriviella (con V) y Peña Forca. La vereda sube en fuerte pendiente serpenteando bajo un extraordinario bosque que merecería ser disfrutado, algo que no hacemos porque subimos como si no hubiese un mañana. Nuestro barranco baja a nuestra izquierda, incluso podemos asomarnos a alguna cascada desde la aproximación. En 45 minutos de pateada estamos en la cabecera. En las reseñas marca una hora y cuarto, debe ser que venimos entrenados.
Tras ponernos los neoprietos empezamos el Estribiella, siempre to pa bajo. Y es que para esto de los barrancos no hace falta tener mucho sentido de la orientación.
Vistiendonos de faena
El caudal del Estribiella a estas alturas del año es bajo, aunque en el video diga que está bien, pero para nosotros con que corra lo necesario para tener las pozas limpias es suficiente, no nos van las aguas vivas, de momento.
No me entretendré en hablar de cada dificultad del barranco. Solo diré que se trata de un descenso técnico, mas con caudales altos, bastante resbaladizo, con estrechamientos y con rápeles de cierta entidad. A pesar de ser un barranco abierto.
Primeros resaltes
Primer rapel de 25
Recogiendo en el de 25
Alvaro en el de 10
Quequi en el resalte de 4
Tobogán de 5
Rapel de 20, uno de los mas bonitos
Recogiendo
Rapel de 10, el mas delicado con caudal alto
Quequi empezando el de 10
En la cabecera de la cascada de 20, un buen balcón
Jeta rapelando el de 20
Quequi gestionando el R20
Yo mismo en el R20
Cascada de 30
Jeti rapelando en el de 30, grabado y comentado
por Quequi
En la cabecera del R20
Último rapel del descenso. 20 metros con final volado
El Estribiella tiene dos partes diferenciadas. Una primera parte, que hemos descendido, mas vertical y deportiva, y la segunda, que no descendemos, donde la verticalidad da paso a pasillos cubiertos de vegetación que contrastan con los tonos rojizos de la roca. Nos salimos del barranco entre los dos tramos en un punto marcado con un hito y en 20 minutos estamos en el coche.
A continuación descendemos la Boca del Infierno. Volvemos con el coche hasta el Centro de Interpretación del Megalitismo, en la carretera de la Selva de Oza.
La Boca del Infierno es un estrechamiento del rio Aragón Subordán, por tanto, aunque el barranco es corto, el caudal es normalmente alto. Lo explotan mucho las empresas de aventura, por lo que su equipamiento es bueno. Tras dejar el coche y comer algo, nos equipamos y andamos por la carretera como un kilómetro hasta pasar el tunel. La entrada original al barranco está un poco mas adelante en un ensanchamiento, pero nosotros entraremos rapelando desde unas chapas instaladas en el muro de la carretera.
Un descenso corto pero intenso. Sólo tiene dos rápeles que se pueden saltar perfectamente. El primero desde un bloque empotrado, al que se llega con un pasamanos instalado, con una altura de 12 metros, y el segundo de siete, donde la cascada puede formar rebufo, por lo que es aconsejable el salto.
Jeti haciendo el rapel de entrada
Pequeños resaltes
El caudal es mas bien bajo
Pasamanos de acceso al bloque empotrado
Rapel de acceso al bloque empotrado
Quequi en el rapel
Ahí hay que saltar, 12 metros por debajo
Quequi preparandose para rapelar
Jeti en el rapel del bloque
Cascada y salto de 7
Momento relajado
Se acabó la Boca del Infierno
En cuanto el barranco se abre, tenemos la salida a la derecha marcada con un hito, que en cinco minutos nos deja en la carretera cerca de donde tenemos el coche.
Gran dia de barrancos en el valle de Hecho. Mañana haremos Aguaré en Canfranc, pero eso en otra entrada.
