jueves, 19 de septiembre de 2013

Pirineos. Barrancos. Aguaré.

Miércoles 4 de septiembre

El Miercoles toca Aguaré en Canfranc. Dejamos el coche en un aparcamiento que hay en la carretera en el lado izquierdo dirección Francia, al lado de la parada del autobús. Ya con todo en la mochila subimos por una senda que sale junto al parking con la indicación de refugio Gabardito. La senda pasa junto a unos antiguos viveros forestales y cruza el barranco Los Meses, también descendible, mas corto y con menos caudal que el nuestro. La senda acaba en una pista que desde Villanua asciende hasta las praderas de Gabardito arropada por el denso bosque donde subsisten abetos y serbales de gran porte.
Justo antes de las praderas sale una senda descendente con un cartel que indica Barranco Aguaré y Canfranc por las clavijas. Esta senda no la debemos coger si queremos hacer el Aguaré integral. Nosotros lo hicimos y nos dimos cuenta del error antes de llegar al rio, por lo que tuvimos que volver a subir. Para entrar al barranco hay que pasar el refugio Gabardito y buscar la mejor forma de entrar al rio, que en esta zona se encuentra muy vestido de vegetación.
Se trata de un barranco largo, con cuatro horas de descenso yendo ligeros. Consta de veintidos rápeles, por lo que conviene llevar dos cuerdas para irse alternando en el montaje de los mismos. La parte superior tiene menos interés que la inferior, ya que sólo cuenta con una zona excavada, el resto es abierto. La parte inferior está, practicamente en su totalidad, bien excavada en caliza sin casi tiempos muertos y con diques artificiales que no desmerecen en absoluto el barranco.


Primer rapel y el mas largo, 25 metros.
 
Primera zona excavada
 
Jeti montando
 
Quequi esperando
 
Comenzando el rapel
 
Jeta posando en la reunión
 
                                                                         Bonito rapel

                                                                               Montando

                                                                      Otro que posa

                                                     Rapelando en los muros de Mordor

                                                                           Concentrado

                                                                          Otro dique

                                                                    Badina cristalina

J
                                                    Dique horadado por las crecidas

                                                 Jeti vuelve a posar con su lado bueno

El descenso termina justo antes de que el rio cruce la carretera. No es un barranco que merezca la pena hacer integral, ya que la parte superior se hace un poco pesada. Yo recomendaría dejar el coche junto a la gasolinera de Canfranc y hacer la aproximación por una senda que asciende por la izquierda orográfica hasta el primer dique, que es donde empieza lo realmente interesante. También un caudal un poco mas alegre mejoraría el descenso.

NOS VEMOS EN LOS RIOS

lunes, 16 de septiembre de 2013

Pirineos. Barrancos. Estribiella y Boca del Infierno.

Martes 3 de septiembre

El martes después de descansar en nuestra pequeña casa de madera de la pateada del Balaitús, volvemos a la acción. Ahora toca ponerse a remojo en los ríos pirenaicos. Los barrancos elegidos para hoy se encuentran en el valle de Hecho, asi que hacia alla nos dirigimos.
El primero que haremos será el Estribiella, en el paraje natural de la Selva de Oza. Aparcamos en una pradera junto a una borda (edificación empleada para guardar ganado) antes de cruzar el rio Aragón Subordán. Con los achiperres a cuestas subimos por una senda bastante empinada donde un cartel indica estriviella (con V) y Peña Forca. La vereda sube en fuerte pendiente serpenteando bajo un extraordinario bosque que merecería ser disfrutado, algo que no hacemos porque subimos como si no hubiese un mañana. Nuestro barranco baja a nuestra izquierda, incluso podemos asomarnos a alguna cascada desde la aproximación. En 45 minutos de pateada estamos en la cabecera. En las reseñas marca una hora y cuarto, debe ser que venimos entrenados.
Tras ponernos los neoprietos empezamos el Estribiella, siempre to pa bajo. Y es que para esto de los barrancos no hace falta tener mucho sentido de la orientación.



                                                                   Vistiendonos de faena


El caudal del Estribiella a estas alturas del año es bajo, aunque en el video diga que está bien, pero para nosotros con que corra lo necesario para tener las pozas limpias es suficiente, no nos van las aguas vivas, de momento.
No me entretendré en hablar de cada dificultad del barranco. Solo diré que se trata de un descenso técnico, mas con caudales altos, bastante resbaladizo, con estrechamientos y con rápeles de cierta entidad. A pesar de ser un barranco abierto.

Primeros resaltes
 
 
Primer rapel de 25
 
Recogiendo en el de 25
 
Alvaro en el de 10
 
Quequi en el resalte de 4
 
Tobogán de 5
 
Rapel de 20, uno de los mas bonitos
 
Recogiendo
 
Rapel de 10, el mas delicado con caudal alto
 
                                                             Quequi empezando el de 10

                                              En la cabecera de la cascada de 20, un buen balcón

                                                                  Jeta rapelando el de 20

                                                           Quequi gestionando el R20

Yo mismo en el R20
 
                                                                       Cascada de 30

Jeti rapelando en el de 30, grabado y comentado
por Quequi

 
En la cabecera del R20
 
                                      Último rapel del descenso. 20 metros con final volado

El Estribiella tiene dos partes diferenciadas. Una primera parte, que hemos descendido, mas vertical y deportiva, y la segunda, que no descendemos, donde la verticalidad da paso a pasillos cubiertos de vegetación que contrastan con los tonos rojizos de la roca. Nos salimos del barranco entre los dos tramos en un punto marcado con un hito y en 20 minutos estamos en el coche.

A continuación descendemos  la Boca del Infierno. Volvemos con el coche hasta el Centro de Interpretación del Megalitismo, en la carretera de la Selva de Oza.
La Boca del Infierno es un estrechamiento del rio Aragón Subordán, por tanto, aunque el barranco es corto, el caudal es normalmente alto. Lo explotan mucho las empresas de aventura, por lo que su equipamiento es bueno. Tras dejar el coche y comer algo, nos equipamos y andamos por la carretera como un kilómetro hasta pasar el tunel. La entrada original al barranco está un poco mas adelante en un ensanchamiento, pero nosotros entraremos rapelando desde unas chapas instaladas en el muro de la carretera.
Un descenso corto pero intenso. Sólo tiene dos rápeles que se pueden saltar perfectamente. El primero desde un bloque empotrado, al que se llega con un pasamanos instalado, con una altura de 12 metros, y el segundo de siete, donde la cascada puede formar rebufo, por lo que es aconsejable el salto.



Jeti haciendo el rapel de entrada
 
 
Pequeños resaltes
 
El caudal es mas bien bajo
 
Pasamanos de acceso al bloque empotrado
 
                                                     Rapel de acceso al bloque empotrado

                                                                  Quequi en el rapel

                                              Ahí hay que saltar, 12 metros por debajo

                                                     Quequi preparandose para rapelar

 Jeti en el rapel del bloque
 

                                                                  Cascada y salto de 7


                                                                     Momento relajado
 
 
                                                     Se acabó la Boca del Infierno

En cuanto el barranco se abre, tenemos la salida a la derecha marcada con un hito, que en cinco minutos nos deja en la carretera cerca de donde tenemos el coche.
Gran dia de barrancos en el valle de Hecho. Mañana haremos Aguaré en Canfranc, pero eso en otra entrada.

NOS VEMOS EN LOS RIOS

sábado, 14 de septiembre de 2013

Pirineos. Balaitús

Todos los años en el mes de septiembre, después de los excesos del mes de agosto, hacemos un viaje a Pirineos. Como no puedo juntar mas de cinco dias seguidos en el curro, tenemos que concentrar todas las actividades planeadas y aplicarnos al máximo.
Normalmente hacemos dos dias de montaña, culminando con un tresmil (o los que se puedan), y tres de barrancos, en los que intentamos hacer el mayor número de ellos posible.
Este año el tresmil elegido fue el Balaitús. Situado en el valle de Tena, se trata de uno de los tresmiles mas occidentales del Pirineo.

Aparcamiento junto al rio Aguaslimpias

Empezamos nuestra ruta en la cola del embalse de la Sarra, al que se accede desde Sallent de Gállego, desde donde empezamos a remontar el barranco de Aguas Limpias a través de un magnífico bosque de boj, abetos, serbales y hayas.

Numerosos saltos de agua se precipitan por las dos vertientes
Después de dos horas de agradable paseo por el hayedo llegamos al ibón represado de Respomuso, donde se almacena el abundante agua de este macizo para la producción de electricidad en la central de la Sarra. A la orilla del ibón de Respomuso se encuentra el refugio del mismo nombre donde pasaremos la noche antes del ataque al Balaitús.

                                                         Muro del embalse de Respomuso

 
Ibón de Respomuso con el refu a la izquierda
  
Llegamos al refugio en torno a la una y media. Tenemos hecha la reserva, asi que avisamos de nuestra llegada y deshacemos las mochilas, dejando en la taquilla lo que no vamos a necesitar, y comemos algo al sol antes de la ruta vespertina.


                                      Picos de Campoplano, Llena Cantal y Tebarray

                                                Gran Facha, Campoplano y Llena Cantal

Con las mochilas aligeradas dejamos atras el Ibón de las Ranas y el antiguo refugio de Piedrafita. Desde aquí  una mirada alrededor puede hacernos creer que estemos en el majestuoso Valle de los Reyes en Egipto, pues el afilado vértice de los picos que nos rodean nos recuerdan a las imponentes pirámides de la antigua civilización.
Seguimos hacia el ibón de Campoplano, al que, según parece, también quisieron recrecer en su día mediante un dique para aprovechar sus aguas. Una inmensa pradera donde pastan apaciblemente las vacas nos separa del collado de la Peira de San Martín ya en la divisoria entre España y Francia. Nosotros seguimos ascendiendo por el barranco de Campoplano hasta los ibones de la Facha, siempre vigilados por el pico Gran Facha, que se caracteriza por ser uno de los tresmiles más bajos del pirineo.

  Ibón de Campoplano con el collado de la Peira de San Martín a la izquierda y Gran Facha derecha

                                                                    Ibones de la Facha


                                                                     De regreso al refugio

Todavía quedan horas de luz, pero si queremos darnos una ducha de agua caliente en el refugio (algo que en un refugio es un lujo) tenemos que estar antes de las siete. Además hay que tomarse la cervecita para celebrar lo bien que lo hemos hecho antes de cenar, asi que vamos bajando.


                                                   Uno que tiene el don de la ubicuidad


                                                                               Cena

                                                                              Desayuno

Tras una cena más que aceptable, una noche sin prácticamente ronquidos y un frugal desayuno, emprendemos la marcha en un día que se promete largo.
La ascensión al Balaitús desde Respomuso puede hacerse por dos rutas diferentes. La Gran Diagonal, que es la ruta "normal" en verano, por donde bajaremos nosotros, y la brecha Latour, más directa y divertida.

                                                                 Refugio Respomuso

                                                                    Empezando la subida

La ruta de la brecha Latour empieza justo detrás del refu y asciende al principio por fuerte pendiente dirección norte por el barranco de Respomuso. Está marcada con hitos de piedra y se sigue bastante bien, aun así, y con GPS, nosotros nos desviamos de la ruta y nos vamos dirección las Frondellas. En seguida nos damos cuenta del error y para no perder la altura ganada vamos avanzando a media ladera entre grandes bloques de granito que a mi me recuerdan a nuestro querido Gredos.

                                             El que suscribe tomando un poco de aliento

Una vez en la ruta correcta vamos ganando altura progresivamente hasta dar vista a la brecha, donde los neveros empiezan a ser continuos y la nieve está dura por las bajas temperaturas de la noche, por lo que se hace recomendable ponerse los crampones.
Ya debajo de la brecha, una empinada pendiente de nieve y una pequeña arista en la rimaya hace que tengamos que poner los cinco sentidos para no llevarnos un susto.

                                                                      Brecha  Latour

                                                                  Jeti decidido a atacarla

                                                               Pues yo no voy a ser menos

                                                       Pero Jeti me lleva la delantera en la rimaya

                                                              Los dos en la rimaya

                                                                   Quequi en la rimaya

En los primeros resaltes de la trepada de la brecha hay instaladas unas cuerdas fijas que se encuentran en un estado más que dudoso. Toca encomendarse a los dioses de la montaña y agarrarse a ellas, dejando espacio entre uno y otro, porque tirar alguna piedra para abajo es inevitable. De inmediato damos vista al bloque empotrado y empieza la zona de clavijas, alguna de ellas se encuentra muy alta, supongo que para cuando haya mas nieve. No llegamos al bloque, si no que hacemos una travesía a la derecha siguiendo las clavijas, donde quizá esté el tramo mas expuesto de la trepada y en donde nos encontramos un clavo para asegurar el paso. En seguida vemos una de las cuatro reuniones que hay instaladas para montar los rápeles. Veinte metros mas de trepada, con algún paso un poco mas expuesto, y estamos arriba. Realmente resulta divertida la brecha Latour.



                                                           Jeti empezando la trepada

                                                                  Quequi esperando turno

                                                                             Las clavijas

                                                                       Pasito expuesto

                                              Ya se empieza a ver el espectáculo pirenaico

                                                                     Quequi trepando

                                                                    Superada la brecha

                                                               Vistas hacia el otro lado

Ya solo nos separa de la cumbre una gran pedrera con roca bastante descompuesta, pero sin ninguna complicación, que superamos en poco tiempo.


                                                            Pedrera antes de la cumbre

A las doce de la mañana estamos en la cumbre del Balaitús o Pico Moro al que, con sus 3144 metros, el aristócrata pirineista del siglo XIX Henry Russell denominó el Cervino de los Pirineos. Ciertamente no es uno de los tresmiles mas fáciles de vencer, por ninguna de sus vertientes, pero probablemente el famoso conde exageraba en sus afirmaciones.
En la cumbre la temperatura es agradable. Permanecemos el tiempo suficiente para contemplar la grandiosidad de los Pirineos mientras reponemos fuerzas para la larga bajada que nos espera.


Vignemale
 
 
                                                                    Foto de cumbre


                                                                       Midi d'ossau

En un principio la idea era bajar por la misma ruta de subida, por lo que cargamos con una cuerda de 60 metros que no salió de la mochila. Sobre la marcha decidimos hacer la ruta circular y descender por la Gran Diagonal.
Se trata de una serie de canales y chimeneas entre bloques de roca descompuesta que desembocan en un gran canalón que desciende en diagonal por la imponente cara noroeste. Aunque no tiene nungún tipo de dificultad técnica, no hay que perder cuidado en la bajada ya que el más mínimo resbalón o tropezón puede acabar en un fatal accidente.

                                                                        La Gran Diagonal

Dejando atras la Gran Diagonal pasamos por el Abrigo Michaud, una cueva-vivac estratégicamente situada entre dos grandes rocas al pie del Balaitús, y nos dirigimos, ya por senda marcada, hacia el cuello Wallon, vigilados por la gran mole del pico Palas.

Balaitús
  
 
                                                             Ibón Helado bajo el Pico Palas

Bajando del cuello Wallon una caudalosa y fría fuente nos invita con su sonoro canto a sentarnos a su lado mientras contemplamos los ya cercanos ibones de Arriel Bajo. Invitación que obviamente no podemos rechazar.

                                                     Ibones de Arriel Bajo y pico Arriel

                                                                       Ibón de Arriel Bajo

                                                 Pico Palas desde  ibón de Arriel Bajo

Superados los Ibones de Arriel, con sus cristalinas aguas, desde donde echamos el último vistazo al Balaitús, ya casi podemos ver el frondoso valle de Aguas Limpias hacia donde nos dirigimos y por el que subimos el día anterior.


                                                              Último vistazo al Balaitús

                                                                 Valle de Aguas Limpias

A las seis de la tarde llegamos al coche con las piernas cargadas y los pies algo doloridos, pero contentos al fin y al cabo, por haber completado sin incidentes nuestro pequeño periplo pirenaico de este año. Ya sólo queda celebrarlo, asi que a ello vamos. SALUD.

NOS VEMOS EN LAS MONTAÑAS